Os adelanto que la última vez que cociné este pollo se me olvidó hacer las fotos, pero bueno los pasos son muy sencillos.
Ya os comenté que mi madre cría pollos y los que usamos para guisar los metemos en trozos al congelador. Por lo tanto en nuestro caso tenemos que sacarlo la noche antes del congelador y dejarlo en la nevera, al estar troceados descongela pronto.
INGREDIENTES:
- Pollo casero, esto era 1 kg.
- 1/2 cebolla.
- 1 pimiento rojo.
- 3 zanahorias.
- 2 dientes de ajo.
- 1 tomate.
- Sal, pimienta, tomillo y romero.
- 1 cerveza.
- 50 gramos a harina.
- Aceite de oliva suave.
Salpimentamos los trozos de pollo, los pasamos por un poco de harina y los sacudimos. No hace falta que queden muy rebozados, es solamente para que nos espese después la salsa.
Picamos las verduras en cuadraditos medianos.
En una cazuela con aceite ponemos la cebolla a pochar y los dientes de ajo enteros y sin pelar, añadimos después las zanahorias y el pimiento y lo dejamos a fuego lento mientras vamos dorando el pollo.
En una sartén ponemos abundante aceite a calentar y vamos dorando las tajadas de pollo.
Los trozos que vamos sacando los añadimos a la cazuela de las verduras. Cuando tengamos todo el pollo en la cazuela de las verduras añadimos el tomate picado, el tomillo y el romero, y los doramos todo junto a fuego fuerte.
Añadimos la cerveza y lo dejamos cocinar a fuego muy lento, y removiendo para que no se pegue la salsa, hasta que esté tierno el pollo, dependerá del tamaño del pollo, en este caso fueron 90 minutos.
Alguna vez lo he terminado en la olla rápida. Pero me gusta más en la cazuela.
En casa lo solemos acompañar de arroz blanco.
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